Muchas terapias manuales, en especial las técnicas de masaje que nos llegan de Oriente, son muy beneficiosas para la piel, pues la destensan, consiguen que esté más estirada y, con el uso de algunos aceites, la hidratan. Con la suma de varias de estas técnicas, ha nacido recientemente un nuevo concepto: el masaje antiaging, que consiste en suaves presiones en cara y cuello. Este tipo de masaje incide precisamente en aquellos aspectos que tienen que ver con el rejuvenecimiento de la piel, especialmente del rostro, aunque también puede aplicarse a otras zonas del cuerpo.
La piel es la principal zona del cuerpo en la que se ven los signos del cansancio. Por ello, los masajes que consiguen liberar la energía interior, que hace que aumente nuestro bienestar, tienen un efecto inmediato sobre la piel. Se produce un efecto rejuvenecedor, que se completa si la piel es convenientemente hidratada. Este tipo de masaje también se utiliza como técnica preventiva, pues es importante mantener la piel tonificada y realizar este tratamiento a menudo si se desea posponer el mayor tiempo posible la aparición de esas inevitables marcas que va dejando la edad.