La parte que conocemos de nuestra personalidad es muy limitada, ya que no dedicamos demasiado tiempo a reflexionar sobre nuestro interior. Además, nuestra personalidad es la suma de distintos fragmentos, de distintas capas que se van superponiendo con el paso de los años. A esta ecuación hay que sumarle todos los condicionantes que han forjado lo que somos en la actualidad: nuestra familia, nuestra educación, nuestro trabajo, nuestros gustos y aficiones… Pero hay en nosotros una personalidad primigenia que está relacionada con la energía que une nuestro alma al universo, aunque lo desconozcamos. Las técnicas para la sintonización con la totalidad del ser son como un camino energético, que nos ayudan, primero, a descubrir esta energía interior que habita en nosotros, y segundo, a utilizarla para recomponer los fragmentos de nuestra personalidad, un puzzle a priori muy complicado pero cuyo dibujo final se revela sencillísimo cuando contamos con un poco de ayuda.
La sintonización con la totalidad del ser es especialmente efectiva cuando se atraviesa por un periodo de contratiempos y problemas, ya que nuestra personalidad se ve superada y necesitamos recurrir a nuestras reservas de energía interior. Por ello, gracias a esta terapia, podemos lograr alcanzar un gran bienestar espiritual y la paz interior.