Un arquetipo es la forma energética de un cuerpo, sea una persona, un objeto, u otro ser vivo. Podemos definirlos como la esencia de las cosas. Los arquetipos pueden utilizarse para sanar espiritualmente, trabajando con los arquetipos de los cuerpos espiritual, mental y físico, que se consideran perfectos según la técnica de la Geometría Sagrada. Los arquetipos permiten en principio establecer un diagnóstico de todos los problemas de un organismo de forma rápida y sencilla. De este modo, el terapeuta puede observar dónde se encuentra la enfermedad y, al producir un cambio en el arquetipo, cómo puede aliviarla. Los arquetipos se usan como canales de energía, que dialogan directamente con nuestros puntos más energizados, que son los chakras. La terapia de sanación espiritual por arquetipos tiene como objetivo hacer que la energía circule de manera más efectiva por nuestro organismo.
La sanación espiritual por arquetipos puede ayudar a restaurar la salud física y psicológica, aliviar los dolores, y favorecer la calidad de la vida en general. El sanador que realiza esta práctica no sana por sí mismo, sino que canaliza una fuerza que existe fuera de nosotros y activa la capacidad de autosanación en el paciente.