Todos tenemos al menos una idea, más o menos formada, de lo que es el yoga. En Occidente, muchos de nosotros al escuchar la palabra “yoga” nos vienen a la mente posturas corporales complicadas practicadas por alguien con una flexibilidad casi circense. Vamos a tratar de definir lo que es el Yoga en palabras, algo que no resulta muy simple ya que es todo un gran y maravilloso Universo de espiritualidad. La filosofía del yoga, al contrario de lo que muchas personas piensan, no se basa únicamente en técnicas relacionadas con el cuerpo, ni en hacer posturas y cantar “om”. Yoga no es un entrenamiento físico para ser muy flexibles, ni es algo que está de moda, ni si quiera se podría definir como una técnica para relajarse, ya que no le haríamos justicia con una imagen tan simplista. Yoga es toda una profunda filosofía con una larga tradición. Yoga es unión. Es Unión porque busca la integración de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Busca la Liberación del Ser. La liberación de las ataduras de nuestra mente. Busca la Iluminación a través de un elevado estado de Conciencia. Así de profundo y trascendental es el Yoga. No es tampoco una religión, aunque sí es profundamente espiritual. El yoga se basa en la propia práctica personal (lo que llamamos “shadana”). No te insta a creer ciegamente, ni a realizar actos de fe o prácticas religiosas hinduistas. El yoga te invita a que valores y vivencies por ti mismo a través de la disciplina, la constancia, el respeto hacia ti mismo/a, el amor y la acpetación profunda de tu Ser. En la práctica del Yoga no existe la comparación, la competencia, la auto exigencia, la violencia, las malas palabras o el castigo. Cada persona tiene su propio proceso, su propio camino, y es absolutamente respetado (comenzando por supuesto con el propio respeto hacia uno mismo). Como habrás comprobado, todavía no hemos hablado de realizar ninguna postura (o “asana”) ni de ponernos en posición de loto o respirar de manera especial. Y es que el Yoga es, como hemos dicho anteriormente, un profundo Universo. La filosofía del Yoga y su práctica surgió hace miles de años en la India. Su sentido es el de crear un camino para acceder a un estado superior de conciencia en el que se pueda trascender el ego y ser capaz de percibir la realidad del mundo que nos rodea. Con el tiempo se desarrollaron diferentes métodos para alcanzar este camino, siempre con el mismo objetivo. Me gustaría comentar, para poner un buen ejemplo, algunas prácticas de yoga que no tienen en cuenta la práctica física, como por ejemplo, el Karma Yoga o “yoga de la acción desinteresada”. Los practicantes de Karma Yoga escogen esta vía para alcanzar un estado elevado de conciencia realizando acciones desde el amor y sin esperar nada a cambio. Es la enuncia absoluta del egoísmo, la exigencia y las expectativas, tanto hacia uno mismo como hacia los demás, hacia la Vida, hacia lo que debería ser y no es…etc. Es una actitud en la que prima el desapego de las emociones, sean estas positivas o negativas. Una actitud equilibrada ante los devenires y acontecimientos, sin ilusiones ni dramatismos. Es un equilibrio y una estabilidad ante cualquier suceso de la vida (aunque lo juzguemos en un primer momento como algo horrible, como algo maravilloso… ya que ese es sólo nuestro juicio personal ante un acontecimiento concreto).
Otra vía del yoga que no se centra en la práctica de asanas es el Bhakti Yoga, donde sus practicantes se centran en el amor devocional e incondicional para la Iluminación (o Shamadi), como podríamos citar otras tantas vías del Yoga que llevan hacia un mismo destino. De todas las prácticas del Yoga, el Hatha Yoga es lo que más se conoce y más se ha
popularizado en todo Occidente y a lo que muchas personas se refieren como «yoga». Es el tipo de yoga que toma en consideración al aspecto físico, el cuerpo, y el aspecto o cuerpo energético, para a través de él alcanzar la trascendencia. Su objetivo es el equilibrio y la limpieza energética del cuerpo (el buen estado y funcionamiento de los canales energéticos o “nadis” y de sus centros energéticos llamados “chakras”) para llegar a un estado de conciencia
más elevado. Cuanto más sano esté mi cuerpo, más “brillante” energéticamente, mejor canalizará mi energía por los chakras principales y de esta manera se podrá dar la Iluminación. Para ello se sirve de asanas (posturas corporales) pranayama (técnicas respiratorias), mudras, técnicas de purificación y limpieza (kriyas), canto de mantras, etc. De esta manera, es más fácil alcanzar un estado meditativo propicio y con ello la expansión de la conciencia. Es por ello que
la práctica de hatha yoga se puede considerar como una terapia energética, ya que su principal objetivo es, precisamente, actuar sobre el cuerpo energético de la persona para que esté en el mejor estado posible.
El hatha yoga parte del cuerpo dándonos múltiples beneficios físicos mentales, emocionales y energéticos. Tiende hacia un objetivo espiritual y constituye unan práctica integral ideal para iniciarse en el camino del Yoga. Es por eso que “hacer yoga” no sólo es una práctica que nos mantiene en forma físicamente, esto es innegable, y que nos hace flexibles, fuertes y ágiles.
Su objetivo es el auto-conocimiento, la profunda aceptación, el amor incondicional hacia uno mismo y hacia lo que nos rodea. El querer transitar por un camino espiritual cuya meta es la Unión con nuestra Divinidad.
Por Cristabel Torregrosa, instructora de Yoga por la Escuela Internacional de Yoga