La Flor de Lys (Sprekelia formosissima) es seguramente una de las flores más misteriosas y desconocidas tanto en su identificación botánica como en el antiquísimo origen de su simbología. Su utilización, en la cultura occidental, como signo y símbolo de “realeza” se remonta al noble Merovingio Clodoveo, rey de los Francos.
Lo sorprendente de esta utilización, es que la Flor de Lys no existía botánicamente en Europa, pues es de origen americano –razón por la cual se la ha pretendido identificar repetidas veces con diversos lirios europeos-. Por lo tanto, se puede afirmar que en occidente, se conoció, misteriosamente, antes el símbolo que la flor. La Flor de Lys fue sagrada –como uno de los distintivos de Quetzalcoalt- para los Olmecas, Toltecas y Mayas bajo el nombre de Omexóchitl que significa Flor del Atardecer o Estrella Vespertina. Igualmente fue muy relevante para Aimaras, Atacamas y otros pueblos de América del Sur.
La disposición de sus pétalos, 3 en la parte superior y otros 3 en la parte inferior, conforman dos tetraedros enlazándose y simbolizando la correspondencia trinitaria entre cielo y tierra. Históricamente y en diversas culturas, ha simbolizado siempre cualidades nobles o divinas como: el honor, la realeza, la pureza, la generosidad, la perfección, la luz de la vida y la Santísima Trinidad. En el ámbito terapéutico convencional esta esencia tiene una alta acción armonizadora debido a su enérgica función restauradora del nivel magnético y por esto puede asociarse en la mayoría de los desequilibrios.
Las principales funciones y aplicaciones de la Flor de Lys son: Ayuda a la apertura de la percepción armónica de otros niveles mentales y a reducir el exceso de intelectualismo. Alivia el desasosiego mental y el miedo a “perder la cabeza”. Ayuda a entrar en un nuevo orden mental. Limita la influencia mental de otras personas, del inconsciente colectivo y de otros niveles interdimensionales; por lo que puede ser muy útil en episodios de liberación y conflictividad psíquica en el planeta o en situaciones de “contagio” colectivo de preocupación o pánico. Muy útil en situaciones de crisis acontecimientos telúrico-magnéticos y desastres naturales. Protege de cualquier influencia psíquica. Incrementa el sosiego, la confianza y la lucidez ante situaciones criticas. Despierta la intuición y amplifica la capacidad de toma de decisiones y elección del propio camino. Ayuda a crear conciencia de unidad y de dirección de esfuerzos entre personas para el bien común. Limpia de viejas informaciones la carga magnética del agua para que pueda recibir nuevos valores y ayuda a soportar bioenergéticamente los conflictos asociados a posibles cambios gravitacionales del planeta. Instala nuevas resonancias en los fluidos mejorando con ello, la capacidad de recepción de energías cósmicas de nueva magnitud.
Se puede utilizar para armonizar lugares (3 gotas en un spray de 250cc) y para purificar la carga magnética del agua en pozos, ríos o estanques (de 1 a 3 gotas). En situaciones de crisis ambientales es recomendable su utilización, en el entorno próximo, con animales y plantas. Armoniza y protege de la desvitalización a otros remedios florales, por lo que se sugiere añadir una gota de dilución de Flor de Lys a las fórmulas o diluciones florales.
Modo de empleo:
Su utilización es similar a las demás Esencias Aureas, salvo que se puede utilizar pura en situaciones de crisis y que no cuenta en cuanto a número de esencias a mezclar.
Se puede utilizar de dos formas:
1ª: Diluir tres gotas del concentrado para 30cc de solución agua-brandy al 75/25 % respectivamente, agitar y usar. Administración media: 3 gotas, 3 veces al día.
2ª: Diluir una gota en un poco de agua (una cucharada) y tomar 3 a 5 veces al día.