La kinesiología o quinesiología es el estudio científico del movimiento humano. Nuestros movimientos tienen mucho que ver con nuestro estado de salud, ya que el sistema músculo esquelético está íntimamente ligado al resto de sistemas de nuestro organismo. Esta ciencia se desarrolló durante el siglo XIX por diversos médicos de varios países, que desarrollaron el movimiento controlado como forma de terapia para ciertas dolencias. La kinesiología, por tanto, es la prescripción de movimiento ordenado, cuantificado y dosificado, que tiene como fin mejorar la salud.
La kinesiología aplicada tiene como fin que el paciente conozca sus propio cuerpo, ya que sabiendo cómo se producen los movimientos, podemos comprender cómo se canaliza nuestra propia energía interior, que puede ayudarnos a mejorar nuestra salud. Esta terapia está estrechamente vinculada a la del masaje bioenergético, que incide en los puntos energéticos claves de nuestro cuerpo. ¿Para qué sirve un tratamiento de kinesiología aplicada? Puede ayudarnos a mejorar nuestra circulación sanguínea, nuestro tono muscular, contribuir a mejorar nuestro procesamiento de los alimentos, prevenir y curar dolores de cabeza, de espalda o de cuello, rebajará nuestro nivel de estrés y ansiedad, y nos hará sentirnos mejor en general, tanto física como espiritualmente.