El doctor alemán Ernst Hartmann descubrió a mediados del siglo XX unas líneas de radiación que emite la tierra hacia la atmósfera y que forman un conjunto invisible, como si fuese una red, que se extiende sobre toda la superficie terrestre, hasta más de 2.000 metros de altura en vertical. La geopatía es una dolencia que se padece por culpa de las ondas vibratorias de estas líneas de radiación, ya que tienen un efecto pernicioso sobre el organismo, en especial si se recibe una sobrecarga de las mismas. Asimismo, la tecnología moderna magnifica estas ondas y puede suponer una agresión a nuestro cuerpo. La geopatía puede causar insomnio, dolor de cabeza o de espalda, dolores reumáticos, cansancio crónico, problemas circulatorios y cardíacos, nerviosismo injustificable, irritabilidad, estado de ánimo depresivo e incluso enfermedades degenerativas, cuyos motivos son difícilmente detectables en los controles médicos usuales
Por ello, es recomendable someterse a una liberación de geopatías. Es una técnica muy sencilla y efectiva que consiste en reconvertir la polaridad de las líneas negativas a positivas, evitando así que las geopatías continúen dañando la salud de la persona que se encuentra expuesta a estas nocivas energías. Los resultados positivos se perciben tras una semana de haberse sometido al tratamiento.