La terapia Gestalt es el máximo exponente de la psicología de la Gestalt, una corriente de la psicología moderna surgida en Alemania a principios del siglo XX y que establece que nuestra vida está condicionada por nuestra percepción de la realidad, y que a veces creemos que lo que vemos son elementos sueltos cuando debemos percibir el mundo como un todo. Su máxima es «El todo es mayor que la suma de sus partes».
La terapia Gestalt es una terapia que tiene como objetivo, además de combatir los síntomas de determinadas dolencias, permitir al paciente llegar a ser más creativo para llegar a sentirse completo, y también a liberarse de los bloqueos que pueden impedir el desarrollo personal. La Gestalt pertenece a la psicología humanista, que se caracteriza por no tratar enfermos y psicopatologías exclusivamente, sino que también intenta desarrollar el potencial humano. La terapia Gestalt se centra en los procesos más que en los contenidos y enfatiza lo que está sucediendo, se está pensado y sintiendo en un determinado momento, por encima de lo que fue o podría haber sido. El paciente aprende a ser más consciente de lo que siente y hace. De esta manera, va desarrollando su habilidad para aceptarse sin las respuestas fijadas del pasado.